Es de conocimiento público que este año la PSU llegó a su fin, dando paso a la PTU (Prueba de Transición Universitaria), la cual trae distintos cambios en cuanto a estructuras de fondo en las materias a tratar y el uso de la metodología.
Por ejemplo, en la antigua PSU las Universidades exigían una ponderación máxima de 50%, mientras que en la PTU esta disminuye a sólo un 30%. Esta nueva modalidad de prueba de ingreso universitario contempla a su vez menos preguntas, ajusta los temarios a tratar e incorpora medición de competencias y no sólo de conocimientos como se realizaba anteriormente.
Por otra parte, la PSU exigía un mínimo de 450 puntos promedio en las pruebas de lenguaje y comunicaciones, y matemáticas. Actualmente la PTU considera un puntaje promedio de 450 puntos en pruebas de comprensión lectora y matemáticas.
A su vez, entre los cambios de medidas rigurosas se implementa que la admisión especial para todas las Universidades aumente de un 15% a un 20%, mientras que para admisión de alumnos de zonas extremas también se presenta un crecimiento de un 20% a un 25%.
A pesar de ver un cambio radical en las metodologías y dificultades como tal en la prueba, será un fuerte desafío tanto para el DEMRE, como para los estudiantes que la rinden y para sus padres, puesto que el último año de preparación académica es esencial en la preparación para este importante paso que dan los estudiantes de 4° medio, hacia la educación superior, el que se ha visto directamente socavado por hechos de contingencia, tanto social como de salubridad.
Mucho éxito para las y los jóvenes que rendirán esta nueva prueba de admisión universitaria, no se angustien y ¡confíen en sus conocimientos!